sábado, 4 de febrero de 2012


La adversidad y el compromiso

El día que los bolivarianos salieron a salvar el honor de la patria

YVKE Mundial/Luis Angel Yáñez
Si alguna condición le otorgaba liderazgo dentro de las Fuerzas Armadas a los militares insurgentes el 4 de febrero de 1992 fue la profunda moral de sus integrantes. Sus hojas de vida como militares estaba llenas de logros y en sus pechos lucían todas las condecoraciones que sólo los mejores ostentaban. De allí que cuando se planteó la rebelión aquellos involucrados estaban convencidos de estar bajo las órdenes de hombres movidos por amor a la patria y la institución.
De ese grupo, el capitán Ronald Blanco La Cruz tenía los méritos suficientes para aspirar a lo largo de su carrera militar a todos los cargos de dirección dentro de esas Fuerzas Armadas, desgatadas y postrada a los pies de la burguesía y el imperio. Sin embargo, prefirió lanzarse a la tarea de “salvar el honor de la patria” ese 4 de febrero movido “por el amor y el deseo de cambio del país”, a costa de su carrera y a riesgo de su propia vida.
Involucrado en este movimiento por el capital Acosta Carles en 1982, Blanco La Cruz establece diferencia entre esta insurgencia y golpe de Estado tradicional. “Nosotros no estábamos buscando posiciones de poder. No eramos parte de una cúpula que lucha contra otra cúpula. Quienes militábamos en ese movimiento eramos sargentos, capitanes, soldados, el pueblo y no la estructura formal de la pirámide que estaba en juego”, explicó.
De la Gran Venezuela al Caracazo
En la campaña de Carlos Andrés Pérez en 1988 se hablaba de volver a la “Gran Venezuela” y fíjate que después lo que se realizó fue un paquete neoliberal con todas las medidas implementadas, esto se tradujo en un aumento de las tarifas del transporte, y el precio de la gasolina además desabastecimiento de alimentos. El uso que de las Fuerzas Armadas se hizo del 27 de febrero de 1989 para reprimir al pueblo el momentos que realizaba un justo reclamo.
Desde el año 84 se habló de la reforma del Estado y en casi 10 años no se hizo nada. Los estudios que se realizaron luego fueron incorporados en la Constitución de 1999. La rebelión de las armas se dan cuando los gobernantes no dan espacio para los cambios pacíficos. Cuando no se ven espacio de solución en los sectores, al pueblo no le queda otra que usar las armas.
Sobre la participación de civiles en los suceso del 4 de Febrero, sólo se recuerda al grupo de Estudiantes y sindicalistas del estado Carabobo, que murieron masacrado por los cuerpos de seguridad del Estado. El capitán (r) Blanco La Cruz explica que aunque en la planificación de una rebelión se encontraban involucrados civiles y militares la delación temprana no permitió articular a estos actores. Entre los civiles dispuestos a participar destacan dirigentes políticos como Gabriel Puerta, Pablo Medina, Andrés Velásquez.
La adversidad y el compromiso
El 4 de Febrero de 1992 tiene un sinnúmero de fechas referente en la historia venezolana: La insurgencia guerrillera de los años 60, el juramento del Samán de Güere en 1982, el 27 y 28 de febrero de 1989 ó cada vez que cayó un compatriota luchando por reivindicaciones laborales o estudiantiles. Por eso cuando a pocas horas de la insurgencia rebelde el compromiso con el pueblo y el amor a la patria fueron las única motivaciones para llevar adelante la tarea. Y así fué como salieron los centauros de Chávez a dar la batalla definitiva.
Luego de años de planificación el día de la dignidad se presentó como toda gesta libertaria en el momento de mayor adversidad, sin embargo, dejando a la familia, amigos y carrera profesional detrás de ellos, salieron los centauros a dar la batalla de sus vidas.
“En la tarde del día 3 nos contactaron que la rebelión que se iba ha realizar, informaron a todas las personas que eramos líderes de los grupos. Llamamos a un capitán en la academia para ponerlo al corriente pero este que era familiar del director de la Escuela Militar nos delató lo que ocasionó que se giraran instrucciones a las unidades del Fuerte Tiuna para en primer término acuartelar las tropas inhabilitar los vehículos y tratar de capturar a los insurrectos. No obstante, en Valencia, Maracay y Maracaibo no giraron instrucciones al respecto por lo que los miembros comprometidos con el levantamiento pudieron salir sorpresivamente, es decir iban a un ejercicio y se desviaron. Nosotros, sin embargo, contamos con la colaboración de Florencio Porras que estaba en el Grupo de Artillería Rivas. Como teníamos el compromiso, llegamos al batallón y nos llevamos los tanques del batallón Ayala y gracias a él pudimos llegar a Miraflores, con todas las limitaciones y ni siquiera un sistema de radio, tratando de salvar el honor de los comprometidos con la operación. Se puede decir que no contábamos con las condiciones para una operación militar planificada pero teníamos el compromiso. Carecíamos de un sistema comunicación mínimo a tal punto que llegamos a Miraflores donde se dio todo lo ocurrido y no sabíamos que el presidente ya no estaba allí sino en la planicie.

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