De Chile a Venezuela en Febrero
Einar Perdomo*.
Violeta y Alí, dos cantores que han hecho del canto popular un compromiso de vida y una exaltación de la obra tradicional ante la indolente mirada globalizadora.
Tribuna Popular – ARTE Y CULTURA/ Einar Perdomo.-
El 5 de Febrero de 1967 desaparece físicamente Violeta Parra. La vida y obra de esta cantora, nacida el 4 de Octubre de 1917, están determinadas por la sensibilidad social, la autenticidad enmarcada en la resistencia cultural y la vigencia de su Arte en la canción popular.
Violeta Parra proviene de un pequeño pueblito llamado Chillán, del Sur de Chile, donde los hábitos agrarios de principios de siglo no difieren de muchos países latinoamericanos. En ese contexto campesino, Violeta tiene contacto con la poética popular de tradición oral como las “payas”, cuyo argumento es la cotidianidad y fungen los payadores como cronistas de sus regiones. Este es el origen del contacto con el Arte de Violeta Parra y los poetas obreros, campesinos, mineros, albañiles, hombres de pueblo que se manifiestan a través de lo que tienen a la mano, generalmente una guitarra, afinada en cualquier temple que les resulte cómodo para entonar sus versos. Este acervo cultural en su amplia dimensión hacen de esta cantora chilena una poetiza que comprende los procesos creadores del pueblo y la polivalencia que los habitantes de estas sociedades agrarias poseen para sobrevivir.
Por ello, Violeta, aparte de músico, se destaca en la cerámica, el tejido, la pintura, siendo la primera latinoamericana que expone en el Museo de Louvre, de París, en Francia.
En una de las tantas entrevistas que le hicieron cuando ya habitaba en su “carpa”, relataba que el público estaba tan cerca de ella que no existía distinción entre Artista y público, como era lo usual en los cantantes de la época hasta su aparición en la escena chilena y latinoamericana.
Para la década de los treinta, Violeta junto a su familia se traslada al medio urbano en busca de mejoras económicas, esto trae como consecuencia un desarraigo de su raíz cultural enmarcada en lo tradicional, de hábitos y costumbres que no encuentran inserción. En la década del cincuenta el mundo industrializado penetra los espacios urbanos y trae consigo toda la transculturización con las influencias musicales como la balada pop, el rock’n roll, blues, entre otros géneros estadounidenses.
Violeta, junto a su hermana Hilda, constituyen un dúo que interpretan la música que sonaba en la radio y trabajaban en tabernas, concursos de radio, bares y cuanto sitio admitiera la música como oficio y dejan de lado sus cantos de tradición campesina que ejecutaban desde su terruño. En 1953 Violeta da un giro hacia lo tradicional y comienza a recopilar en el interior de Chile cuantos cantos y géneros le son posibles, transformándose en investigadora, intérprete y creadora, a tal punto de posicionarse como una digna representante de la música de raíz tradicional chilena con alto contenido social. No cabe duda de su inmensa sensibilidad social y su afinidad con los pesares y alegrías de los oprimidos.
El 16 de Febrero de 1985 se despide de este mundo el Cantor del Pueblo, Alí Rafael Primera Rosell, cantor, compositor y activista político, cuya obra, La canción necesaria, se destaca por la interpretación de los diferentes géneros venezolanos tales como el zangueo, la contradanza, el golpe larense con una letra de contenido social y difundida en países como la entonces Unión Soviética, y más cercanos como El Salvador, Nicaragua, en plenos conflictos sociales y políticos.
Violeta y Alí, dos cantores que han hecho del canto popular un compromiso de vida y una exaltación de la obra tradicional ante la indolente mirada globalizadora.
*Músico y profesor.
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